En total, se afectaron 107.000 hectáreas frente al 2023. La Macarena es la zona más afectada.
En 2024, la deforestación en Colombia se incrementó en un 35%, con un total de 107.000 hectáreas (ha) afectadas, en comparación con el 2023, año en el que se registró un total de 79.250 ha comprometidas por esta problemática.
En rueda de prensa, la ministra Susana Muhamad comentó que gracias a las estrategias implementadas desde 2021 para mitigar la deforestación en el país, actualmente ya se superó el objetivo trazado, porque el país ha presentado una reducción del 40% en tala indiscriminada y otros factores que inciden en esta situación.
“Hemos trabajado con comunidades y cambiado políticas para recuperar y restaurar la selva, que les ayuda a los campesinos a cambiar las formas de producción con agricultura extensiva. También se han realizado mesas de paz total e investigación criminal, que es un punto clave para este año, para judicializar a los que ponen los grandes capitales para traficar con tierras”, indicó Muhamad.
Sobre las cifras del 2024, la ministra resaltó el trabajo realizado con 11.000 familias del Guaviare, Caquetá, Putumayo y más, que pertenecen a los 28 núcleos de deforestación en el país.
Manuel Rodríguez Becerra, exministro de Ambiente de 1993 a 1996, resaltó a este diario la importancia de las estrategias adelantadas por diferentes gobiernos en la lucha contra esta problemática.
“Se debe reconocer que 2022, 2023 y 2024 son los años más bajos en deforestación en las últimas dos décadas. En 2022, seis meses fueron del gobierno de Iván Duque, otros cinco de Petro y se produjo una reducción importante. Toca ver el resultado de las políticas conjuntas entre ambos gobiernos, porque no es justo pensar que esa disminución fue solo de este gobierno. Aunque este año incrementó, sigue siendo una de las cifras más bajas, si se ve el panorama general a lo largo de los años”, comenta
El incremento en las cifras del año pasado se debe –reconoce la cartera de Ambiente– a factores armados y economía ilícita. Por eso, el panorama para 2025 es incierto.
Según Rodríguez, la situación no es fácil de predecir debido a la pérdida de control de áreas selváticas que son importantes, como ocurre en el Pacífico, la Amazonia, el Catatumbo, aéreas ricas en bosques.
“Mantener al menos la cifra en 100.000 hectáreas sería un acierto, ya que se mantendría la meta inicial que se puso el Gobierno Nacional de reducir esta problemática en un 20%, en su plan de desarrollo. A mí me pareció una meta baja, pero fue a lo que se comprometieron. Con mantener la disminución general del 40%, que se tiene hoy en día, sería positivo”, añade el experto, quien también vería como un acierto que se cumpla el compromiso de restaurar 758.000 ha.
Sobre la raíz de la problemática, que parte del crimen organizado y de estructuras que se encargan de convertir territorios, Muhamad reflexionó sobre el caso de Mapiripán (Meta), donde se evidencia una deforestación planificada, con vías hechas con maquinaria amarilla. Además, en zonas lejanas del mismo sector, se han observado corredores de coca y palma. “En Cuemaní (Cartagena del Chaira) vemos colonizaciones dirigidas para acaparar tierras y hacer lotes de ganado”, dijo.
“También influyen dinámicas de factores armados, pero la raíz más profunda de este problema es una economía ilícita y lo clave para tratarlo es llegar a las personas que conforman estas redes”, explica Muhamad.
En el primer trimestre del 2024 se evidenció un incremento notable en los porcentajes de deforestación y se temió retornar a la línea base del 2021. Sin embargo, para que el retroceso no fuera mayor, se trabajó con comunidades y se mantuvo el pago a las mismas por cuidar los territorios. También se intensificó el trabajo en mesas de paz, a pesar de que el proceso con las disidencias Iván Mordisco no avanzó.
En materia ambiental, la paz juega un papel importante, ya que hay zonas como Tinigua (Caquetá) y la Macarena (Meta) que causan preocupación por sus altas cifras de deforestación, pero a las que no se puede entrar sin mesas de conciliación, porque se pone en riesgo a las comunidades que habitan allí.
Al respecto, Muhamad comenta que la Amazonia tiene 22 núcleos de deforestación en los que se están trabajando. Por ejemplo, seis de estos estuvieron a la baja. Cuatro, entre tanto, registran cifras que se mantienen y otros cinco concentran el 60 % de la deforestación, originados en dos parques nacionales: Macarena y Tinigua.
Algunos otros núcleos que se vieron comprometidos en 2024 fueron Yaguará II y Solano, en donde existe un corredor conflictivo entre disidencia de Calarcá y la Segunda Marquetalia.
Muhamad aclara que este 2025 es decisivo para la presidencia de Gustavo Petro en temas de deforestación, ya que dependiendo de la cifra que se logre podría convertir a este gobierno como el que mayor aporte ha hecho a la nación en materia de conservación de bosques, selvas y grandes ecosistemas.
Por ello, resaltó las siguientes recomendaciones:
Investigación para demostrar que esto va de la mano de agrupaciones ilícitas.
Consolidar derechos territoriales de los indígenas y campesinos.
Conservar el pago a las comunidades y demostrar que los núcleos de conservación son una alternativa de economía.
Insistir en la entrada del gobierno a la Macarena, de la mano de la mesa de paz.
Sobre la financiación
Para continuar con la protección del territorio, cooperación internacional ha invertido capital. Asimismo, se cuenta con la contribución de Visión Amazonia, una iniciativa del gobierno colombiano que con el apoyo financiero del Reino de Noruega, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la República Federal de Alemania, tiene a su cargo a seis núcleos.
“El golpe de USAID es importante para el sur del país, porque se invertían 170.000 dólares“, dijo la ministra, y agrega que de todas formas el futuro del país no estaba supeditado a la cooperación internacional, aunque sí es importante, en medio de la crisis fiscal que atraviesa Colombia.
No obstante, se debe tener en cuenta que “el país no puede depender de contribución internacional para construir el estado social de derecho, debido a que somos un país de renta media, que hace parte de la OCDE, ya no somos de los más vulnerables de la región y porque la cooperación interna de los últimos 10 años es importante, aunque tengamos una crisis fiscal”.
Por ello, se creó algo denominado Plataforma País, que es un programa financiero que permite mantener iniciativas a largo plazo. También se ha creado el Fondo para la vida y para la biodiversidad, como fruto de acuerdos financieros con el sector privado.
En torno a la COP 30 del clima, que se realizará en Belém, capital del estado de Pará (Brasil), la jefa de cartera piensa que sería buena idea comprometer a los países amazónicos, con la financiación para proteger este bioma de interés mundial.
Deforestación en Colombia se incrementó en 35% durante 2024, según Minambiente
En total, se afectaron 107.000 hectáreas frente al 2023. La Macarena es la zona más afectada.
En 2024, la deforestación en Colombia se incrementó en un 35%, con un total de 107.000 hectáreas (ha) afectadas, en comparación con el 2023, año en el que se registró un total de 79.250 ha comprometidas por esta problemática.
“Hemos trabajado con comunidades y cambiado políticas para recuperar y restaurar la selva, que les ayuda a los campesinos a cambiar las formas de producción con agricultura extensiva. También se han realizado mesas de paz total e investigación criminal, que es un punto clave para este año, para judicializar a los que ponen los grandes capitales para traficar con tierras”, indicó Muhamad.
Sobre las cifras del 2024, la ministra resaltó el trabajo realizado con 11.000 familias del Guaviare, Caquetá, Putumayo y más, que pertenecen a los 28 núcleos de deforestación en el país.
Manuel Rodríguez Becerra, exministro de Ambiente de 1993 a 1996, resaltó a este diario la importancia de las estrategias adelantadas por diferentes gobiernos en la lucha contra esta problemática.
“Se debe reconocer que 2022, 2023 y 2024 son los años más bajos en deforestación en las últimas dos décadas. En 2022, seis meses fueron del gobierno de Iván Duque, otros cinco de Petro y se produjo una reducción importante. Toca ver el resultado de las políticas conjuntas entre ambos gobiernos, porque no es justo pensar que esa disminución fue solo de este gobierno. Aunque este año incrementó, sigue siendo una de las cifras más bajas, si se ve el panorama general a lo largo de los años”, comenta
El incremento en las cifras del año pasado se debe –reconoce la cartera de Ambiente– a factores armados y economía ilícita. Por eso, el panorama para 2025 es incierto.
Según Rodríguez, la situación no es fácil de predecir debido a la pérdida de control de áreas selváticas que son importantes, como ocurre en el Pacífico, la Amazonia, el Catatumbo, aéreas ricas en bosques.
“Mantener al menos la cifra en 100.000 hectáreas sería un acierto, ya que se mantendría la meta inicial que se puso el Gobierno Nacional de reducir esta problemática en un 20%, en su plan de desarrollo. A mí me pareció una meta baja, pero fue a lo que se comprometieron. Con mantener la disminución general del 40%, que se tiene hoy en día, sería positivo”, añade el experto, quien también vería como un acierto que se cumpla el compromiso de restaurar 758.000 ha.