La Tierra está tan caliente que el concepto de calentamiento global no basta para englobar, literalmente, todo lo que está ocurriendo en el mundo a causa de las altas temperaturas. Es por eso que ahora entramos a una nueva era sin precedentes: la de la ebullición global. Así lo definió Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, en una rueda de prensa en Nueva York este jueves.
Y es que basta fijar la mirada en las noticias para darse cuenta de los estragos de las altas temperaturas. Como los incendios forestales de países como Canadá y Grecia, la preocupante cifra de 61.000 personas fallecidas a causa de las olas de calor en el verano pasado en Europa o escuchar los relatos actuales de personas que viven en regiones que alcanzan más de 44°C, como los habitantes de Phoenix, Arizona, en Estados Unidos.
La llegada de la ebullición global a la conversación, indica que el calentamiento global llegó a un estado crítico, lo que asegura cambios en el clima y un derretimiento acelerado de los cascos polares.
“El cambio climático es aterrador y apenas comienza. La era del calentamiento global ha terminado, dándole paso a la era de la ebullición. El aire es irrespirable, el calor es insoportable y el nivel de ganancias de los combustibles fósiles, al igual que la inacción climática, es inaceptable”, concluyó Antonio Guterres.
La palabra ebullición colorea un escenario donde los humanos estamos hirviendo dentro de la Tierra. Incluso, científicos están comparando al globo terráqueo con un horno. Nosotros estamos dentro.
Óscar Mesa Sánchez, profesor jubilado de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, agregó que la palabra ebullición no significa más que la verdad: los humanos nos estamos “cocinando”.
Julio de 2023, mes histórico
Las declaraciones de Antonio Guterres, se sumaron a una realidad que informaron al mundo el Servicio de Cambio Climático Copérnico de la Unión Europea y la Organización Mundial Meteorológica de las Naciones Unidas: las primeras tres semanas de julio tuvieron temperaturas sin precedentes y posiblemente este mes será el más caluroso de la historia en un registro de 120.000 años. Estos récords de la temperatura global se superan por centésimas de grado, pero esta vez según el informe entregado por las entidades, los primeros 23 días de julio tuvieron un promedio global de 16,95°C, por encima del récord anterior de 16,63° C en julio de 2019.
“Los niveles de calentamiento global que estamos experimentando no tienen precedentes para las civilizaciones humanas. Estamos viviendo un registro que no se conocía sobre el calentamiento del planeta. Miles de personas se están muriendo de calor y esto no es normal. Así sea verano”, explicó Juan Fernando Salazar, profesor de la Universidad de Antioquia en la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería y director del grupo de investigación GIGA.
Además, Copernicus informó que el pasado junio también fue el mes más caluroso hasta la fecha, pero con un “margen considerable”. Fue este mes en el que la Tierra vivió su día más caluroso jamás registrado: el 6 de julio la temperatura media mundial se elevó a 17,08°C. Antes, el récord lo tenía agosto de 2016.
“Realmente sí estamos ante el mes más caluroso de la historia. Los datos que encontramos a partir de promedios calculados, con modelos, con observaciones, es extraordinario. Es superior a los otros julios de los que tenemos registro y, por supuesto, también superior a cualquier otro ejemplo de cualquier mes”, consideró Mesa Sánchez.
¿Qué produce este calor?
El profesor Óscar Mesa Sánchez, explicó que las altas temperaturas en la Tierra son el resultado de una serie de eventos que coincidieron. Además, julio y agosto suelen ser los más calurosos del año.
“Este verano es extraordinario. Se han juntado varios eventos. Uno de ellos es el Fenómeno de El Niño por el calentamiento del Pacífico Tropical, el cual tiene efectos sobre el clima global. Durante esta época los océanos están calientes. Lo otro que es excepcional, es la pérdida de hielo en la Antártida. Es la temporada con menos hielo; lo último, es la crisis climática, que juega un papel importante en esta época. En realidad, estamos en un momento desconocido por los humanos”.
En la región, el Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá (Siata) anunció la llegada del Fenómeno de El Niño al territorio el 13 de julio y su prolongado paso por la Tierra,ya que podría durar hasta febrero del próximo año.
Lo que provoca el fenómeno de El Niño es el aumento de la temperatura de las aguas del océano Pacífico ecuatorial. Lo que produce que se calienten los océanos. Esto se suma a la problemática, pues literalmente los océanos están ardiendo al igual que la tierra. En julio de este año se registraron las temperaturas más elevadas de cualquier otro julio, según Copernicus. Por ejemplo, el mar Mediterráneo subió su temperatura a los 28,4°C, una cifra que supera el pico que alcanzó en el 2003 con 28,25°C. Aunque todavía no se sabe con certeza cuáles son los efectos específicos de estas temperaturas que producen olas de calor marinas, es evidente que el ecosistema marino sufre transformaciones.
“Cuando la temperatura del mar se eleva, la vida marina se ve afectada. Los peces se ahogan, ya que por las altas temperaturas escasea el oxígeno. También, las olas de calor marinas producen el blanqueamiento de los corales y otro tipo de impactos que afectan la industria pesquera”, agregó Juan Fernando Salazar.
Por su parte, Óscar Mesa Sánchez, indicó que las temperaturas del mar al sur de Miami, está cerca de los 40°C.
“En esta región se teme que haya una mortandad significativa de corales y esto producirá complicaciones en toda la biota marina, porque el coral es un ecosistema muy productivo”, afirmó.
Además de los océanos, la superficie terrestre también atraviesa los efectos de las críticas temperaturas. Los incendios forestales provocados por las olas de calor, no cesan.
La tierra se está incendiando
Este 2023 la temporada de incendios empezó antes de tiempo y ha arrojado un balance peor que el del año pasado por estas fechas. El Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (Effis) reportó que la primavera en España ha arrasado más de 73.000 hectáreas; en Grecia, se han quemado 52.000, evacuado 19.000 personas y se calcula que se ha emitido una megatonelada de carbono. En Italia, las hectáreas quemadas son alrededor de 51.000.
Los incendios forestales de Canadá este 2023 también han causado consternación. Se han quemado 10.000 hectáreas, provocando incluso una nube tóxica y anaranjada que opacó los cielos de Nueva York, obligando a sus habitantes a usar tapabocas, al estar en un estado de alerta por la mala calidad del aire.
En ese momento, el comisionado de Sanidad de Nueva York, Ashwin Vasan, aseguró que la ciudad registraba sus mayores índices de contaminación desde la década del 60.
“Pueden penetrar en los pulmones de las personas, provocar inflamaciones y empeorar afecciones como el asma, las enfermedades pulmonares crónicas o las cardiopatías subyacentes”.
Óscar Mesa Sánchez explicó que en estos ecosistemas las altas temperaturas hacen que las hojas de los bosques se sequen y ante la mínima chispa, pueden estallar en llamas. “Se deben evitar las quemas, cualquier accidente puede generar un incendio”, alertó.
La salud y las altas temperaturas
La salud de las personas –y de los animales también— no solo se ve afectada por los ambientes tóxicos que producen los incendios forestales. Es tan solo una parte. El calor a más de 40°C, puede causar una condición llamada golpe de calor.
La Mayo Clinic lo define como “exceso de calor en el cuerpo” por consecuencia de una exposición prolongada al sol o por exceso de actividad física en estos ambientes tan calurosos.
“El golpe de calor es un síndrome potencialmente fatal. Puede generar una falla sistémica, es decir, que fallen todos los órganos del cuerpo. Daña la parte hemodinámica que es el flujo sanguíneo, la parte renal, hepática y puede presentar alteraciones neurológicas y de coagulación”, expresó la médica internista María Clara Ortiz Sierra.
Por ejemplo, los habitantes de Phoenix, Arizona, este mes han estado a más de 44°C y han reportado a medios de comunicación internacionales la incómoda situación que viven.
La mayoría se ayudan de aire acondicionado y la recomendación es que no salgan de sus casas si no es necesario. El Servicio Meteorológico Nacional clasificó estas últimas semanas en la categoría “extrema” y se han confirmado la muerte de por lo menos 25 personas relacionadas a las altas temperaturas. “Manténgase fresco e hidratado”, han dicho las autoridades locales.
¿Qué viene para agosto?
El Fenómeno de El Niño continuará hasta el próximo año y, teniendo en cuenta que tanto julio como agosto son los más calurosos del año, se espera que continúe el calor alrededor del mundo.
“Agosto continuará calentando la Tierra. Todo el hemisferio norte está en verano y, al entrar a un nuevo récord de calentamiento global, sabemos que ya no hay retorno. Lo que nos espera es mucho más grave de lo que inicialmente temíamos”, concluyó Óscar.
Ante la crisis, algunos países están tomando medidas que pueden disminuir el impacto, aunque el calentamiento global sea una realidad. “China incursiona en la energía solar y eólica de manera decisiva, más que cualquier otro país. Estados Unidos se ha mantenido constante con el consumo per cápita de combustibles y Europa ha reducido sus emisiones, aunque después de la pandemia aumentó”, sostuvo Mesa Sánchez.
Haber entrado a la era de la ebullición global nos recuerda la urgencia de hacernos cargo de la crisis climática. Por ahora, la Tierra continúa hablando a través de sus olas de calor terrestres y marítimas, los incendios forestales, la pérdida de los ecosistemas y biodiversidad y los efectos en la salud humana.
Julio de 2023 es el mes más caluroso registrado en la historia: entramos a la “era de la ebullición global”
La Tierra está tan caliente que el concepto de calentamiento global no basta para englobar, literalmente, todo lo que está ocurriendo en el mundo a causa de las altas temperaturas. Es por eso que ahora entramos a una nueva era sin precedentes: la de la ebullición global. Así lo definió Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, en una rueda de prensa en Nueva York este jueves.
Y es que basta fijar la mirada en las noticias para darse cuenta de los estragos de las altas temperaturas. Como los incendios forestales de países como Canadá y Grecia, la preocupante cifra de 61.000 personas fallecidas a causa de las olas de calor en el verano pasado en Europa o escuchar los relatos actuales de personas que viven en regiones que alcanzan más de 44°C, como los habitantes de Phoenix, Arizona, en Estados Unidos.
La llegada de la ebullición global a la conversación, indica que el calentamiento global llegó a un estado crítico, lo que asegura cambios en el clima y un derretimiento acelerado de los cascos polares.
“El cambio climático es aterrador y apenas comienza. La era del calentamiento global ha terminado, dándole paso a la era de la ebullición. El aire es irrespirable, el calor es insoportable y el nivel de ganancias de los combustibles fósiles, al igual que la inacción climática, es inaceptable”, concluyó Antonio Guterres.
La palabra ebullición colorea un escenario donde los humanos estamos hirviendo dentro de la Tierra. Incluso, científicos están comparando al globo terráqueo con un horno. Nosotros estamos dentro.
Óscar Mesa Sánchez, profesor jubilado de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, agregó que la palabra ebullición no significa más que la verdad: los humanos nos estamos “cocinando”.
Julio de 2023, mes histórico
Las declaraciones de Antonio Guterres, se sumaron a una realidad que informaron al mundo el Servicio de Cambio Climático Copérnico de la Unión Europea y la Organización Mundial Meteorológica de las Naciones Unidas: las primeras tres semanas de julio tuvieron temperaturas sin precedentes y posiblemente este mes será el más caluroso de la historia en un registro de 120.000 años. Estos récords de la temperatura global se superan por centésimas de grado, pero esta vez según el informe entregado por las entidades, los primeros 23 días de julio tuvieron un promedio global de 16,95°C, por encima del récord anterior de 16,63° C en julio de 2019.
“Los niveles de calentamiento global que estamos experimentando no tienen precedentes para las civilizaciones humanas. Estamos viviendo un registro que no se conocía sobre el calentamiento del planeta. Miles de personas se están muriendo de calor y esto no es normal. Así sea verano”, explicó Juan Fernando Salazar, profesor de la Universidad de Antioquia en la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería y director del grupo de investigación GIGA.
Además, Copernicus informó que el pasado junio también fue el mes más caluroso hasta la fecha, pero con un “margen considerable”. Fue este mes en el que la Tierra vivió su día más caluroso jamás registrado: el 6 de julio la temperatura media mundial se elevó a 17,08°C. Antes, el récord lo tenía agosto de 2016.
“Realmente sí estamos ante el mes más caluroso de la historia. Los datos que encontramos a partir de promedios calculados, con modelos, con observaciones, es extraordinario. Es superior a los otros julios de los que tenemos registro y, por supuesto, también superior a cualquier otro ejemplo de cualquier mes”, consideró Mesa Sánchez.
El profesor Óscar Mesa Sánchez, explicó que las altas temperaturas en la Tierra son el resultado de una serie de eventos que coincidieron. Además, julio y agosto suelen ser los más calurosos del año.
“Este verano es extraordinario. Se han juntado varios eventos. Uno de ellos es el Fenómeno de El Niño por el calentamiento del Pacífico Tropical, el cual tiene efectos sobre el clima global. Durante esta época los océanos están calientes. Lo otro que es excepcional, es la pérdida de hielo en la Antártida. Es la temporada con menos hielo; lo último, es la crisis climática, que juega un papel importante en esta época. En realidad, estamos en un momento desconocido por los humanos”.
En la región, el Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá (Siata) anunció la llegada del Fenómeno de El Niño al territorio el 13 de julio y su prolongado paso por la Tierra, ya que podría durar hasta febrero del próximo año.
Lo que provoca el fenómeno de El Niño es el aumento de la temperatura de las aguas del océano Pacífico ecuatorial. Lo que produce que se calienten los océanos. Esto se suma a la problemática, pues literalmente los océanos están ardiendo al igual que la tierra. En julio de este año se registraron las temperaturas más elevadas de cualquier otro julio, según Copernicus. Por ejemplo, el mar Mediterráneo subió su temperatura a los 28,4°C, una cifra que supera el pico que alcanzó en el 2003 con 28,25°C. Aunque todavía no se sabe con certeza cuáles son los efectos específicos de estas temperaturas que producen olas de calor marinas, es evidente que el ecosistema marino sufre transformaciones.
“Cuando la temperatura del mar se eleva, la vida marina se ve afectada. Los peces se ahogan, ya que por las altas temperaturas escasea el oxígeno. También, las olas de calor marinas producen el blanqueamiento de los corales y otro tipo de impactos que afectan la industria pesquera”, agregó Juan Fernando Salazar.
Por su parte, Óscar Mesa Sánchez, indicó que las temperaturas del mar al sur de Miami, está cerca de los 40°C.
“En esta región se teme que haya una mortandad significativa de corales y esto producirá complicaciones en toda la biota marina, porque el coral es un ecosistema muy productivo”, afirmó.
La tierra se está incendiando
Este 2023 la temporada de incendios empezó antes de tiempo y ha arrojado un balance peor que el del año pasado por estas fechas. El Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (Effis) reportó que la primavera en España ha arrasado más de 73.000 hectáreas; en Grecia, se han quemado 52.000, evacuado 19.000 personas y se calcula que se ha emitido una megatonelada de carbono. En Italia, las hectáreas quemadas son alrededor de 51.000.
Los incendios forestales de Canadá este 2023 también han causado consternación. Se han quemado 10.000 hectáreas, provocando incluso una nube tóxica y anaranjada que opacó los cielos de Nueva York, obligando a sus habitantes a usar tapabocas, al estar en un estado de alerta por la mala calidad del aire.
En ese momento, el comisionado de Sanidad de Nueva York, Ashwin Vasan, aseguró que la ciudad registraba sus mayores índices de contaminación desde la década del 60.
“Pueden penetrar en los pulmones de las personas, provocar inflamaciones y empeorar afecciones como el asma, las enfermedades pulmonares crónicas o las cardiopatías subyacentes”.
Óscar Mesa Sánchez explicó que en estos ecosistemas las altas temperaturas hacen que las hojas de los bosques se sequen y ante la mínima chispa, pueden estallar en llamas. “Se deben evitar las quemas, cualquier accidente puede generar un incendio”, alertó.
La salud y las altas temperaturas
La salud de las personas –y de los animales también— no solo se ve afectada por los ambientes tóxicos que producen los incendios forestales. Es tan solo una parte. El calor a más de 40°C, puede causar una condición llamada golpe de calor.
La Mayo Clinic lo define como “exceso de calor en el cuerpo” por consecuencia de una exposición prolongada al sol o por exceso de actividad física en estos ambientes tan calurosos.
“El golpe de calor es un síndrome potencialmente fatal. Puede generar una falla sistémica, es decir, que fallen todos los órganos del cuerpo. Daña la parte hemodinámica que es el flujo sanguíneo, la parte renal, hepática y puede presentar alteraciones neurológicas y de coagulación”, expresó la médica internista María Clara Ortiz Sierra.
Por ejemplo, los habitantes de Phoenix, Arizona, este mes han estado a más de 44°C y han reportado a medios de comunicación internacionales la incómoda situación que viven.
¿Qué viene para agosto?
“Agosto continuará calentando la Tierra. Todo el hemisferio norte está en verano y, al entrar a un nuevo récord de calentamiento global, sabemos que ya no hay retorno. Lo que nos espera es mucho más grave de lo que inicialmente temíamos”, concluyó Óscar.
Ante la crisis, algunos países están tomando medidas que pueden disminuir el impacto, aunque el calentamiento global sea una realidad. “China incursiona en la energía solar y eólica de manera decisiva, más que cualquier otro país. Estados Unidos se ha mantenido constante con el consumo per cápita de combustibles y Europa ha reducido sus emisiones, aunque después de la pandemia aumentó”, sostuvo Mesa Sánchez.
Haber entrado a la era de la ebullición global nos recuerda la urgencia de hacernos cargo de la crisis climática. Por ahora, la Tierra continúa hablando a través de sus olas de calor terrestres y marítimas, los incendios forestales, la pérdida de los ecosistemas y biodiversidad y los efectos en la salud humana.