Información institucional | Expertos, miembros de la industria productora, asociaciones e instituciones públicas entregaron sus perspectivas sobre el futuro de los plásticos en Colombia. Este es el panorama tras la firma del Pacto Nacional Colombia libre de plásticos de un solo uso.
El pasado 21 de noviembre se firmó un pacto para reducir y gestionar sosteniblemente los plásticos de un solo uso en Colombia. Según la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, el objetivo de este acuerdo es que partir de la mitad de 2024, se empiece la sustitución y salida gradual de 14 categorías de productos basados en el uso de este material.
En la firma del documento, que se realizó en el marco de la Ley 2232 de 2022, que establece las medidas para la disminución y sustitución de plásticos y elementos de un solo uso, participó el Gobierno Nacional, Acoplásticos, la Asociación Nacional de Recicladores, la Fundación Marviva, la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas de ACOPI y miembros de la comunidad educativa del país.
Lo cierto es que el reto que propone el pacto es enorme. Según cifras oficiales, en el país se produce anualmente más de un millón de toneladas de plástico y un colombiano promedio puede llegar a generar cerca de 24 kilogramos de este material en el mismo periodo de tiempo.
Este consumo, en términos de impactos en los ecosistemas y en las comunidades es crítico. De acuerdo con datos aportados por la Fundación Marviva cada año se arrojan a nivel global entre 8 y 13 millones de plásticos al mar, lo que equivale a un camión cada segundo.
Esto, en contraparte y según estudios, afecta al menos a 690 especies de fauna y flora, e impacta los modos de vida de las comunidades costeras y el turismo por la contaminación.
La discusión en torno al uso de plásticos en el mundo se encuentra en un punto crucial y quizá decisivo. El pasado 13 de noviembre inició en Nairobi (Kenia) una semana de negociaciones con la que se esperaba seguir consolidando el borrador de un tratado que se discute desde marzo de este año.
Sin embargo, las negociaciones no han avanzado como se tenía esperado y es posible que para inicios de 2024 aún no esté listo el tratado definitivo.
Además, teniendo en cuenta que se estima que las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la producción, el uso y la eliminación de plásticos podrían representar el 19 % del presupuesto global total de carbono para 2040, esta discusión es clave en medio de los compromisos que se asumirán en la Conferencia de las Partes (COP) 28, a finales de año.
De hecho, la ministra Muhamad anunció que Colombia está activo en la negociación de este tratado internacional de no proliferación de plásticos, que busca en el futuro próximo desestimular en los mercados mundiales el plástico.
Por esta razón, para reunir a los distintos actores para discutir en torno a esta problemática, se realizaron una serie de paneles para debatir y explorar tanto los retos y las oportunidades que enfrenta el país para convertir el plástico en un recurso, y no un desecho, así como las oportunidades de innovación en el mercado.
El plástico como recurso
“Queremos que esto, en vez de ser un problema económico, se convierta en una oportunidad”, afirmó la ministra Susana Muhamad frente a los objetivos del pacto contra el plástico de un solo uso.
Por lo tanto, el Minambiente avanza en un plan de reconversión productiva y adaptación laboral, que con la firma de este pacto permitirá generar nuevas oportunidades económicas y posibilidades de la mano de todos los actores.
“Debe hacerse un uso más racional, sustituir productos, sobre todo que utilizamos solo una vez y botamos y empezar a trabajar alternativas de materiales, pero también en aquellas situaciones donde se requiere usar plástico, que este sea utilizado para un plazo mayor, sea más durable y tengamos cadenas de recirculación del material en la industria para que precisamente no termine afectando el medio ambiente”, aseguró Muhamad.
Tratar de dar una perspectiva integral fue una de las principales conclusiones que aportaron los participantes del foro, en particular las fundaciones y asociaciones enfocadas en la conservación de los ecosistemas.
Según María Alejandra Medina, de la fundación Marviva, la cual trabaja para la conservación de recursos costeros, más allá de conocer los impactos negativos también es clave que “encontremos alternativas, formas de solucionar esta problemática para dejar de ver el plástico como un desecho, y creo que eso empieza por la compresión de su ciclo de vida (producción, transporte, uso y disposición) y ser más consciente de esta cadena de consumo”.
Frente a esto último, Marco Tulio, docente de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA) indica que diferentes estudios apuntan que es fundamental la consciencia colectiva de las personas, en particular en las pequeñas decisiones que se toman diariamente, como elegir el contenedor correcto o la separación en los hogares.
“Hay que segregar desde la cocina los orgánicos y los no orgánicos, porque si no se hace ambos quedan contaminados y hacen más difícil el proceso. Tenemos que pensar en nuestra actuación diaria y nosotros desde varios grupos interdisciplinarios encontramos que es necesario aterrizar el concepto de la economía circular y pensar en nuestra responsabilidad para hacer de eso que hoy es un residuo, en el futuro sea un recurso”, precisa Tulio.
Frente a esto último, la Red Nacional Jóvenes de Ambiente, que cuenta con más de 6000 voluntarios para la promoción de la educación ambiental, destacó durante el panel el potencial de las nuevas generaciones para crear una consciencia frente al consumo y cómo este se puede reducir a nivel individual.
Innovación y mercado
Por su parte, el fortalecimiento de la cadena productiva es también otra de las conclusiones que dejó el evento. “En el país se necesita una integralidad del manejo, las autoridades locales y ambientales tienen que generar esa capacidad para que se pueda gestionar adecuadamente los residuos y llevar innovaciones a los territorios”, indicó Andrea Corzo Álvarez, directora de Asuntos Ambientales, Sectorial y Urbana, del Ministerio de Ambiente.
Vale señalar que, segúnartículo 27 de la Ley 2232 de 2022 en la que basa el pacto, la sustitución gradual de plásticos de un solo uso se logra a través de alternativas sostenibles, como la bioeconomía y la economía circular.
La primera, según la norma, es aquella que gestiona eficiente y sosteniblemente la biodiversidad y la biomasa para generar nuevos productos, procesos y servicios de valor agregado basados en el conocimiento y la innovación. La segunda es un modelo económico basado en sistemas de producción y consumo que promueven la eficiencia en el uso de materiales, agua y energía, teniendo en cuenta la capacidad de recuperación de los ecosistemas, la colaboración entre actores y los nuevos modelos de negocio.
Según Laura Reyes, directora de Compromiso Empresarial para el Reciclaje en Colombia (Cempre), es “necesario fortalecer la cadena de valor del plástico, se requiere una acción sistémica para que ese material plástico utilizado pueda ser comprado y sea reincorporado, y esto requiere una formalización e inversión en todas las partes de las cadenas productivas”.
Por su parte, Juan Carlos Gutiérrez, gerente de EKO RED, empresa dedicada al abastecimiento, procesamiento y comercialización de material reciclado, desde su inicio han logrado reciclar más de 300.000 toneladas de plásticos PET. Además, destaca, que en el país se recicla alrededor del 30 % de este material, lo que está por encima de las tasas a nivel mundial, es decir que hay un gran potencial.
“En Colombia necesitamos más incentivos para reciclar, pero también es necesario invertir en los sistemas de recolección y mejorar el eslabón primario en el proceso”, aseguró Gutiérrez.
Además de esto, el presidente ejecutivo de Acoplásticos, Daniel Mitchell, la asociación gremial que representa a las industrias de plásticos, petroquímica, química básica, pinturas, caucho, tintas y fibras, es crucial el ecodiseño.
“Hay que avanzar para hacer materiales más fáciles de reciclar porque de lo contrario no habrá demanda para jalonar toda la cadena. En materia de inversión y tecnología, creo que el reciclaje químico puede ser un diferencial grande debido a que elimina las barreas de los procesos mecánicos y elimina factores como el contacto de los alimentos”, concluyó Mitchell.
¿Qué productos saldrán del mercado?
Durante la firma, se afirmó que 14 categorías de productos plásticos de un solo uso saldrían del mercado de forma paulatina, con un plazo de dos a ocho años.
Algunos de esos productos serán:
· Bolsas de punto de pago utilizadas para embalar, cargar o transportar paquetes y mercancías, excepto aquellas reutilizables o de uso industrial.
· Bolsas utilizadas para embalar periódicos, revistas, publicidad y facturas, así como las utilizadas en las lavanderías para empacar ropa lavada.
· Rollos de bolsas vacías en superficies comerciales para embalar, cargar o transportar paquetes y mercancías o llevar alimentos a granel, excepto para los productos de origen animal crudos.
· Mezcladores y pitillos para bebidas.
· Soportes plásticos para las bombas de inflar.
· Soportes plásticos de los copitos de algodón o hisopos flexibles con puntas de algodón.
Colombia inició su camino hacia la reducción y eliminación de plásticos de un solo uso
Información institucional | Expertos, miembros de la industria productora, asociaciones e instituciones públicas entregaron sus perspectivas sobre el futuro de los plásticos en Colombia. Este es el panorama tras la firma del Pacto Nacional Colombia libre de plásticos de un solo uso.
El pasado 21 de noviembre se firmó un pacto para reducir y gestionar sosteniblemente los plásticos de un solo uso en Colombia. Según la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, el objetivo de este acuerdo es que partir de la mitad de 2024, se empiece la sustitución y salida gradual de 14 categorías de productos basados en el uso de este material.
En la firma del documento, que se realizó en el marco de la Ley 2232 de 2022, que establece las medidas para la disminución y sustitución de plásticos y elementos de un solo uso, participó el Gobierno Nacional, Acoplásticos, la Asociación Nacional de Recicladores, la Fundación Marviva, la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas de ACOPI y miembros de la comunidad educativa del país.
Este consumo, en términos de impactos en los ecosistemas y en las comunidades es crítico. De acuerdo con datos aportados por la Fundación Marviva cada año se arrojan a nivel global entre 8 y 13 millones de plásticos al mar, lo que equivale a un camión cada segundo.
Esto, en contraparte y según estudios, afecta al menos a 690 especies de fauna y flora, e impacta los modos de vida de las comunidades costeras y el turismo por la contaminación.
La discusión en torno al uso de plásticos en el mundo se encuentra en un punto crucial y quizá decisivo. El pasado 13 de noviembre inició en Nairobi (Kenia) una semana de negociaciones con la que se esperaba seguir consolidando el borrador de un tratado que se discute desde marzo de este año.
Sin embargo, las negociaciones no han avanzado como se tenía esperado y es posible que para inicios de 2024 aún no esté listo el tratado definitivo.
Además, teniendo en cuenta que se estima que las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la producción, el uso y la eliminación de plásticos podrían representar el 19 % del presupuesto global total de carbono para 2040, esta discusión es clave en medio de los compromisos que se asumirán en la Conferencia de las Partes (COP) 28, a finales de año.
De hecho, la ministra Muhamad anunció que Colombia está activo en la negociación de este tratado internacional de no proliferación de plásticos, que busca en el futuro próximo desestimular en los mercados mundiales el plástico.
Por esta razón, para reunir a los distintos actores para discutir en torno a esta problemática, se realizaron una serie de paneles para debatir y explorar tanto los retos y las oportunidades que enfrenta el país para convertir el plástico en un recurso, y no un desecho, así como las oportunidades de innovación en el mercado.
El plástico como recurso
“Queremos que esto, en vez de ser un problema económico, se convierta en una oportunidad”, afirmó la ministra Susana Muhamad frente a los objetivos del pacto contra el plástico de un solo uso.
Por lo tanto, el Minambiente avanza en un plan de reconversión productiva y adaptación laboral, que con la firma de este pacto permitirá generar nuevas oportunidades económicas y posibilidades de la mano de todos los actores.
“Debe hacerse un uso más racional, sustituir productos, sobre todo que utilizamos solo una vez y botamos y empezar a trabajar alternativas de materiales, pero también en aquellas situaciones donde se requiere usar plástico, que este sea utilizado para un plazo mayor, sea más durable y tengamos cadenas de recirculación del material en la industria para que precisamente no termine afectando el medio ambiente”, aseguró Muhamad.
Tratar de dar una perspectiva integral fue una de las principales conclusiones que aportaron los participantes del foro, en particular las fundaciones y asociaciones enfocadas en la conservación de los ecosistemas.
Según María Alejandra Medina, de la fundación Marviva, la cual trabaja para la conservación de recursos costeros, más allá de conocer los impactos negativos también es clave que “encontremos alternativas, formas de solucionar esta problemática para dejar de ver el plástico como un desecho, y creo que eso empieza por la compresión de su ciclo de vida (producción, transporte, uso y disposición) y ser más consciente de esta cadena de consumo”.
Frente a esto último, Marco Tulio, docente de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA) indica que diferentes estudios apuntan que es fundamental la consciencia colectiva de las personas, en particular en las pequeñas decisiones que se toman diariamente, como elegir el contenedor correcto o la separación en los hogares.
“Hay que segregar desde la cocina los orgánicos y los no orgánicos, porque si no se hace ambos quedan contaminados y hacen más difícil el proceso. Tenemos que pensar en nuestra actuación diaria y nosotros desde varios grupos interdisciplinarios encontramos que es necesario aterrizar el concepto de la economía circular y pensar en nuestra responsabilidad para hacer de eso que hoy es un residuo, en el futuro sea un recurso”, precisa Tulio.
Frente a esto último, la Red Nacional Jóvenes de Ambiente, que cuenta con más de 6000 voluntarios para la promoción de la educación ambiental, destacó durante el panel el potencial de las nuevas generaciones para crear una consciencia frente al consumo y cómo este se puede reducir a nivel individual.
Innovación y mercado
Por su parte, el fortalecimiento de la cadena productiva es también otra de las conclusiones que dejó el evento. “En el país se necesita una integralidad del manejo, las autoridades locales y ambientales tienen que generar esa capacidad para que se pueda gestionar adecuadamente los residuos y llevar innovaciones a los territorios”, indicó Andrea Corzo Álvarez, directora de Asuntos Ambientales, Sectorial y Urbana, del Ministerio de Ambiente.
Vale señalar que, según artículo 27 de la Ley 2232 de 2022 en la que basa el pacto, la sustitución gradual de plásticos de un solo uso se logra a través de alternativas sostenibles, como la bioeconomía y la economía circular.
La primera, según la norma, es aquella que gestiona eficiente y sosteniblemente la biodiversidad y la biomasa para generar nuevos productos, procesos y servicios de valor agregado basados en el conocimiento y la innovación. La segunda es un modelo económico basado en sistemas de producción y consumo que promueven la eficiencia en el uso de materiales, agua y energía, teniendo en cuenta la capacidad de recuperación de los ecosistemas, la colaboración entre actores y los nuevos modelos de negocio.
Según Laura Reyes, directora de Compromiso Empresarial para el Reciclaje en Colombia (Cempre), es “necesario fortalecer la cadena de valor del plástico, se requiere una acción sistémica para que ese material plástico utilizado pueda ser comprado y sea reincorporado, y esto requiere una formalización e inversión en todas las partes de las cadenas productivas”.
Por su parte, Juan Carlos Gutiérrez, gerente de EKO RED, empresa dedicada al abastecimiento, procesamiento y comercialización de material reciclado, desde su inicio han logrado reciclar más de 300.000 toneladas de plásticos PET. Además, destaca, que en el país se recicla alrededor del 30 % de este material, lo que está por encima de las tasas a nivel mundial, es decir que hay un gran potencial.
“En Colombia necesitamos más incentivos para reciclar, pero también es necesario invertir en los sistemas de recolección y mejorar el eslabón primario en el proceso”, aseguró Gutiérrez.
Además de esto, el presidente ejecutivo de Acoplásticos, Daniel Mitchell, la asociación gremial que representa a las industrias de plásticos, petroquímica, química básica, pinturas, caucho, tintas y fibras, es crucial el ecodiseño.
“Hay que avanzar para hacer materiales más fáciles de reciclar porque de lo contrario no habrá demanda para jalonar toda la cadena. En materia de inversión y tecnología, creo que el reciclaje químico puede ser un diferencial grande debido a que elimina las barreas de los procesos mecánicos y elimina factores como el contacto de los alimentos”, concluyó Mitchell.
¿Qué productos saldrán del mercado?
Durante la firma, se afirmó que 14 categorías de productos plásticos de un solo uso saldrían del mercado de forma paulatina, con un plazo de dos a ocho años.
Algunos de esos productos serán:
· Bolsas de punto de pago utilizadas para embalar, cargar o transportar paquetes y mercancías, excepto aquellas reutilizables o de uso industrial.
· Bolsas utilizadas para embalar periódicos, revistas, publicidad y facturas, así como las utilizadas en las lavanderías para empacar ropa lavada.
· Rollos de bolsas vacías en superficies comerciales para embalar, cargar o transportar paquetes y mercancías o llevar alimentos a granel, excepto para los productos de origen animal crudos.
· Mezcladores y pitillos para bebidas.
· Soportes plásticos para las bombas de inflar.
· Soportes plásticos de los copitos de algodón o hisopos flexibles con puntas de algodón.
Por Redacción BIBO
Fuente: https://www.elespectador.com/ambiente/bibo/colombia-inicio-su-camino-hacia-la-reduccion-y-eliminacion-de-plasticos-de-un-solo-uso/